Nombre: Franchesca Pérez
Matrícula: 22-MPSN-5-015
Tema: Valores individuales, compartidos y organizacionales: su vínculo con las “10 C” del crecimiento individual y colectivo.
Introducción
En el proceso de crecimiento personal y colectivo, los valores juegan un papel fundamental. Los valores individuales son principios que orientan las acciones de cada persona, mientras que los valores compartidos en los grupos y organizaciones establecen normas de convivencia y colaboración que permiten alcanzar objetivos comunes. Esta interacción entre niveles de valores es esencial para construir comunidades más justas, humanas y funcionales.
En este contexto, las llamadas “Diez C del crecimiento” representan competencias clave que favorecen el desarrollo integral del individuo y del grupo. Al analizarlas en relación con los valores, se puede comprender cómo estas cualidades permiten fortalecer la identidad personal, mejorar las relaciones interpersonales y fomentar una cultura organizacional sólida.
1- Valores individuales.
Los valores individuales son principios éticos o morales que orientan el comportamiento de una persona. Reflejan sus creencias sobre lo que es correcto, importante o deseable, y guían sus decisiones, actitudes y relaciones personales. Ejemplo: honestidad, responsabilidad, respeto, perseverancia.
2- Valores compartidos en el grupo.
Son valores que surgen de la interacción entre los miembros de un grupo y que se convierten en normas aceptadas por todos para fomentar la cohesión, la cooperación y el sentido de pertenencia. Se refuerzan a través del trabajo conjunto, el respeto mutuo y la cultura grupal. Ejemplo: solidaridad, trabajo en equipo, empatía.
3- Valores organizacionales.
Son los principios y creencias fundamentales que orientan la cultura, el comportamiento y la toma de decisiones dentro de una organización. Estos valores guían las relaciones entre los miembros y determinan el propósito común de la institución. Ejemplo: integridad, innovación, compromiso con la calidad.
Relación entre los tres niveles.
Cuando los valores individuales están alineados con los del grupo y la organización, se produce un entorno de coherencia, respeto mutuo y motivación, que favorece tanto el desarrollo personal como el colectivo. La desconexión entre estos niveles puede generar conflictos internos, desmotivación y desintegración del grupo.
Las Diez C del crecimiento individual y colectivo.
Conciencia:
Capacidad de reconocer los propios pensamientos, emociones y acciones, así como su impacto en los demás.
Ejemplo:Un estudiante se da cuenta de que sus comentarios sarcásticos hieren a un compañero, y decide cambiar su forma de comunicarse para no afectar a los demás.
Compromiso:
Disposición personal para asumir y cumplir responsabilidades individuales y colectivas con constancia.
Ejemplo:Una joven voluntaria asiste puntualmente cada semana a su proyecto comunitario, porque sabe que su presencia hace una diferencia.
Comunicación:
Habilidad para expresar ideas y sentimientos con claridad y escuchar activamente a los demás.
Ejemplo:Durante una discusión grupal, un miembro expresa con claridad sus ideas y escucha con respeto las opiniones de los demás, facilitando el entendimiento mutuo.
Colaboración:
Acción de trabajar con otros de forma coordinada para lograr objetivos comunes.
Ejemplo:Un grupo de compañeros se reparte las tareas de un proyecto escolar según las habilidades de cada uno para lograr un buen resultado en equipo.
Confianza:
Seguridad que una persona tiene en sí misma o en los demás, basada en la coherencia y la integridad.
Ejemplo:Un líder confía en que su equipo tomará buenas decisiones, y les delega tareas importantes sin necesidad de controlar cada paso.
Creatividad:
Capacidad para generar ideas nuevas, útiles y originales en la resolución de problemas.
Ejemplo:Un joven propone una forma divertida y original de presentar un tema en clase usando una dramatización, y sorprende positivamente a todos.
Crítica (pensamiento crítico):
Habilidad para analizar, evaluar y reflexionar de forma lógica y objetiva antes de emitir juicios.
Ejemplo:Una estudiante evalúa diferentes fuentes antes de dar por cierta una información que leyó en internet, y construye su opinión con argumentos.
Coherencia:
Correspondencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, manteniendo integridad personal.
Ejemplo:Un profesor que habla sobre la importancia del respeto, también trata con respeto a sus alumnos en todo momento.
Coraje:
Valentía para actuar con firmeza frente a dificultades, miedos o injusticias.
Ejemplo:Un adolescente denuncia una situación de acoso escolar aunque eso signifique exponerse, porque sabe que es lo correcto.
Compasión:
Capacidad de comprender el sufrimiento ajeno y actuar para aliviarlo, con empatía y solidaridad.
Ejemplo:Una niña consuela a su compañero que está triste por haber perdido un familiar, y se ofrece a ayudarlo con sus tareas escolares.
Conclusión
La relación entre los valores individuales, grupales y organizacionales es clave para el crecimiento tanto personal como colectivo. A través de las diez “C”, se promueve un entorno donde cada persona puede desarrollarse y aportar al bienestar común. Cuando estos valores están alineados, se crea una comunidad más humana, comprometida y transformadora.
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